Buscando una definición para el dolor

Cuando tratamos de definir el dolor, uno de los aspectos que más llaman la atención es que diferentes grupos hablen de él en términos y contextos distintos. Wittgenstein reiteradamente decía que hablar del dolor es uno de los fenómenos más difíciles de la actividad lingüística.

Los neurólogos hablan de impulsos nerviosos, los psicólogos de emociones, los filósofos de significado y funciones y los teólogos de culpa y castigo. Y aunque todas se refieren a realidades diferentes utilizan la palabra dolor para tratar conceptos igualmente subjetivos.

 

Durante siglos se ha fracasado a la hora de englobar en una sola definición, la enorme complejidad y multitud de aspectos y variantes que presenta el dolor; todos sabemos perfectamente a qué nos referimos cuando hablamos de qué es el dolor y sin embargo no significa lo mismo para ninguno de nosotros. El dolor es siempre subjetivo y cada persona aprende a utilizar esta palabra en función de las experiencias que tenga en su vida.

 

 

Definición de dolor como experiencia personal

 

 

El dolor será variable como expresión de acuerdo a quien lo sufre. Es de este modo algo personal, biográfico, propio y subjetivo. Cada uno siente su propio dolor, y la expresión frente a una determinada causa, que puede en alguna circunstancia ser común, es algo propio y personal.

 

El dolor es emocional, subjetivo, cognitivo y social. El dolor se percibe, se siente, se sufre, se conoce y se interpreta. Cada cual vive el dolor a su manera en función de su personalidad, el conocimiento e información del dolor, sus creencias, experiencias anteriores, interpretación del dolor... Por este motivo, la vivencia dolorosa provoca comportamientos muy distintos como los de abatimiento, lucha, huida, ataque, entrega, impotencia, abandono, amparo, resignación...

 

La International Association for the Study of Pain (IASP) no olvida incluir la vivencia personal cuando define el dolor como “una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con una lesión hística presente o potencial o descrita en términos de la misma”. La palabra desagradable incluye sentimientos como el sufrimiento, la ansiedad, la depresión y la experiencia subjetiva que integra una serie de pensamientos, sensaciones y conductas que modulan el dolor.

 

Si analizamos esta definición del dolor reconocemos 2 componentes:

  • Componente nociceptivo o sensorial: Constituye la sensación dolorosa y se debe a la transmisión de los impulsos lesivos por las vías nerviosas hasta el córtex cerebral.
  • Componente afectivo o reactivo: Da lugar al sufrimiento asociado al dolor.

 

Por tanto, la percepción final del dolor es la consecuencia de la integración de ambos componentes. Dicho de otra forma, no podemos definir el dolor únicamente como una experiencia nociceptiva ya que además constituye un hecho subjetivo, integrado por un conjunto de pensamientos, sensaciones y conductas que se integran y forman el síntoma del dolor.

 

Podemos añadir que para un buen estudio y adecuado control del dolor requieren la identificación y el manejo de sus componentes neurológicos, psíquicos, comportamentales y socioculturales.